La gran mayoría de los delitos se han incrementado, en parte por el sentimiento de inseguridad de la población, se encuentran asociados a ilícitos que atentan contra el patrimonio de la población, se encuentran asociados a ilícitos que atentan contra el patrimonio y la seguridad física de las personas, como lo son: los robos en sus distintas modalidades (vehiculos, casa-habitación, a transeúnte), los cuales son delitos competencia de las autoridades locales, a menos que se trate de delincuencia organizada relacionada ésta a su vez con otros delitos federales como el narcotráfico o el lavado de dinero.
Sin embargo, existen un sin número de delitos federales que si bien en principio no inciden en dicha sensación de inseguridad, si han generado otra percepción social aparejada a la de la inseguridad: la impunidad. Es en este ámbito donde podemos ubicar a todos aquellos delitos que, sin ser competencia de las autoridades locales ni afectar directamente el patrimonio de las personas, atentan contra el patrimonio de la Federación, el bien común, las instituciones del servicio público y el buen funcionamiento del sistema financiero mexicano. Nos referimos a los delitos federales denominados de “Cuello blanco”.
Ambrosio Michel
65 Propuestas para Modernizar el Sistema Penal en México